Toma 2-3 litros (8-12 vasos) de agua al día para favorecer la eliminación de toxinas.
Es importante tomar agua mineral o hacer uso de un buen filtro mecánico (no eléctrico) que elimine los metales pesados, el cloruro, el fluoruro y otros compuestos tóxicos que es tán en todas las “aguas potables” tratadas. Puedes incluir aromáticas de plantas diuréticas como diente de león, verberina, ortiga, té verde, etc. Recuerda que si vas hacer uso de estas plantas o de saunoterapia debes tomar aún más agua
Elimina por completo tu consumo de leche de vaca.
Contrariamente a lo generalmente considerado, el ser humano no debería consumir leche después del primer año de edad, y menos leche de vaca que ha sido alterada por pasteurización y homogeneización. El consumo de leche de vaca causa desórdenes gastrointestinales e inmunológicos y también produce un exceso de calcio en relación al magnesio. El queso, el yogurt firme y las hortalizas verdes oscuras proveen todo el calcio necesario en la dieta.
Aumenta tu consumo de fuentes alimenticias de MAGNESIO y POTASIO.
Las principales fuentes son: algas, semillas integrales, frutas y nueces.
Evita consumir alimentos que no toleras o que te causen alergias.
Las intolerancias y las alergias son muy comunes y pueden causar alteraciones de la tensión muscular, tanto a nivel vascular como a nivel esquelético. Son causadas comúnmente por: avena, azúcares, banano, berenjena, fresa, granos, huevo, leche de vaca, lulo, naranja, papa, pitaya, plátano, soya, tomate, trigo, colorantes artificiales, saborizantes, edulcorantes y preservantes.
Reduce tu consumo de SODIO.
Reduce el consumo relativo de fuentes de sodio, principalmente: la carne procesada, el jamón de cerdo, las papitas y las frituras.